EMPATADOS.- Un partido que tuvo alguna emoción pero en el que ninguno se quiso hacer daño. Había que cuidarse de las tarjetas amarillas, las lesiones y las expulsiones. No fue una final pero para amenizar el almuerzo está bien.
Argentina 0- Holanda 0. Un resultado diplomáticos que le conviene a la realeza de Países Bajos (el príncipe Guillermo está casado con una argentina llamada Máxima, que debe ser algo así como el segundo nombre de todos los argentinos). Argentina salió a preguntar si se valía golear, y como los holandeses dijero que hoy no se fía pero mañana tal vez, mejor se quedaron en su área y a ver si caía un rebote o un regaloni, bajo la ley de menor esfuerzo. Argentina pasa primera en su grupo, por diferencia de goles, y se enfrenta a los preocupados mexicanos que no entienden en qué momento se les mojó la mecha. Sin embargo, es sin duda el mejor escenario para los aztecas porque al menos a Argentina ya la conocen. Si yo hubiera sido José, hubiese preferido irme contra los portugueses. Una pena que no hubo gol, hubiese sido lindo. Y Tévez fue más útil que Messi, sin duda, que aún es demasiado ingenuo. TYSON
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