El baile fue australiano

Hay injusticias en el fútbol. Hoy Australia mereció el empate. Jugaron muy bien, sin achicarse ante un supuesto equipo de supertalentos. Brasil fue una sombra, un equipo opaco y lento, sin identidad. Logró la victoria porque los Canguros se fueron por el empate y les faltó un poco de suerte. Lo más sorprendente fue la celebración (como si ya hubieran ganado el mundial) al final del partido, como si Brasil hubiese hecho "el partido" del mundial. Lamentable ver a Dinho dándole la mano a Perreira y sonriendo como si la victoria contra los Canguros fuese extraordinaria. Aprendan de los chés, carajo, que ante un 6-0 solo se abrazaron y se fueron directo a los camerinos. ¡Vamos, Argentina, Berlín es nuestro!