Wednesday, July 05, 2006

¡Francia a la final!

EL MARISCAL.- Todo su equipo y el país entero sabe quién es el responsable de que Francia esté en la final. Veremos si en Alemania juegan como locales este domingo y se repite la épica del 98. Un partidazo final sin favoritos.
Francia 1- Portugal 0. Un penal, magníficamente ejecutado por Zidane, en el primer tiempo fue suficiente para que Francia sea el próximo finalista, más por lo que había hecho en los dos partidos anteriores que por lo hecho hoy. Portugal demostró que, pese a ser un equipo aguerrido y algunas individualidades como Cristiano Ronaldo, tenía poco para merecer estar en la final. Sin embargo, se fue mostrándole a Brasil cómo se despide uno del sueño de la copa: con el portero Ricardo trepando al arco para ver si le ligaba un mitrazo en esos dos últimos córner de infarto al fin del partido. Todos fuimos testigos de cómo Francia no quiso arriesgar, con Makelele y Thuram que en vez de celebrar el gol fueron a preguntarle a Zizou qué hacer ahora para defender el resultado, y Zidane los escuchaba sereno, tranquilidad y tobago como quien dice, y luego dio la orden de replegarse y así fue. No solo los jugadores y los espectadores franceses, también las cámaras de televisión sabían muy bien quién era el Mariscal de este campo y luego de cada repetición pasaban la imagen de Zidane en cámara lenta caminando, mirando, llevándose la mano a la nariz, dando una seña a sus compañeros. Una imagen que contrastaba enormenete, por su serenidad y solvencia, con la del pobre Figo, absolutamente hundido en la frustración de no saber que no llegaba, que demoraba, que quizá nunca iba a llegar el gol (ni siquiera de cabeza, estando solo frente al arco luego de que Barthez la dejara escapar). Y aunque al ver el partido alguien podría pensar que Portugal atacó más y merecía el empate, la verdad es que los franceses sabían muy bien quién era su rival, lo conocían al dedillo, y cómo era mejor dejarlos atacar y hundirse en sus propias contradicciones, con un Deco que no resolvía, un Pauleta intrascendente y Cristiando Ronaldo cuya técnica e inteligencia no le servía demasiado por falta de un definidor menos fino pero más contundente que aprivechara las fintas. Portugal, obvio, es un equipo fuerte abajo, con un lateral como el negrito Miguel y con dos backs como Meira y Carvalho (¡cuánto ha aprendido este muchacho de Mourinho!) y por eso la cifra mezquina de uno a cero y, además, por eso también era obvio que el gol francés tendría que venir de pelota detenida. Manejar los tiempos, tapar las salidas, concentración, controlar mentalmente al rival y no desordenarse, ésas son las claves con las que el equipo francés de la ronda de octavos, cuartos y semifinal (olvidemos la primera ronda) llega a la final de la mano, del brazo, en los hombros, de ese gigante paciente, y con una confianza enorme en sí mismo, que es Zidane. La final contra Italia está para cualquiera. Pero dudo mucho que Zidane salga a la cancha con la misma actitud casi mística con que salió hoy. El Mariscal jugará su último partido decidido a quemar el último cartucho. ¡Será una final extraordinaria emotiva y tácticamente! ¡Lo contrario sin duda de lo que hubiera sido un aburrido Alemania-Brasil! ¡Gran Mundial! TYSON

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