Thursday, June 29, 2006

La columna de Tyson


EL DUELO MÁS ESPERADO

por Tyson

Aunque en vísperas del partido Alemania-Argentina muchos recuerdan la final de México 86, y luego el partido robado de Italia 90, pues en ambos se enfrentaros estos dos países, la verdad es que yo recuerdo otro que me parece más interesante para comentar en estas circustancias: Argentina-Italia en el año 90. ¿Por qué? Porque el clima era idéntico: Italia venía de hacer un Mundial con estupenda performance, era local, era el favorito de todos. Argentina llegaba mal, dejaba muchas dudas, tenía que enfrentarse por el pase a semifinales no solo a un estadio adverso sino a un país entero que los expulsaba con menos amabilidad, por cierto, que aquel gracioso odontólogo alemán cuya sala da a la concentración argentina. Pese a salir en desventaja anímica y táctica, cuando todas las apuestas (como hoy) daban como favorito a Italia, Argentina consiguió dramáticamente eliminar al dueño de casa. ¿Logrará nuevamente la hazaña? (aunque la pregunta bien formulada debería ser: ¿logrará la hazaña sin Maradona en el campo?) Con un país que juega con la camiseta tatuada a la piel nunca se sabe. El factor mental, el sentirse en desventaja y creer, además, que les quieren robar el Mundial (ya empezaron a quejarse del árbitro eslovenio) es lo único que equilibra la balanza ante una Alemania que, futbolísticamente, ha demostrado estar más afiatada y contar con dos jugadores fundamentales que salen al estadio en su mejor momento técnico y con el ánimo al tope: el volante creativo Michael Ballack y el habilidoso delantero Miroslav Klose, para muchos el Mejor Jugador del Mundial.

Sin duda éste será el duelo más esperado de lo que va del Mundial, aquel que con toda propiedad un diario español comparó con el inminente choque de dos trenes a toda velocidad, una colisiòn que todos estamos aguardando con pánico y morbo. Resulta obvio que, como los dos equipos defienden con cuatro y atacan con dos, el duelo estratégico se centrará en el mediocampo. Parece seguro que Cambiasso no sale y deja su lugar a Lucho González, con lo que Argentina recuperará la marca que perdió en el partido contra México y que será vital para contener la subidas de Lahm y el desequilibrio de Ballack. Además, si las cosas resultan bien luego de los primeros quince minutos, la táctica dejaría un poco libre a Maxi Rodríguez, que entonces estaría a puertas de jugarse el partido de su vida, pues por la posición en que juega puede ser aún más determinante que lo que fue contra México por un gol (o un golazo) en descuentos.

Sin embargo, si nos atenemos a los hechos concretos y no al papel, por lo que hemos visto en esta copa ya tenemos un ganador (al menos en la lucha por un mediocampo efectivo) y ése es Alemania. Sobre todo por dos razones:

1) porque la diferencia entre la movilidad de su 10, Micahel Ballack, es enormísima con la del 10 argentino, es decir el nunca bien ponderado Ramón Riquelme. Mientras que Ballack es el verdadero conductor y caudillo de su equipo, un jugador que sabe darle trámito veloz a la pelota y que, además, se suma al ataque y también a la defensa con el mismo talento, Riquelme se ha convertido en un lastre que retarda la explosión argentina con sus pases hacia atrás sin demasiada convición, o su manera de retener el balón hasta encontrar el claro, que a veces no encuentra, quitándole a Argentina la posibilidad de aprovechar la velocidad de Saviola o Tévez o el oportunismo de Crespo (Messi es un caso aparte: es el único en Argentina que se salta el "sello postal" de Riquelme y recoge la bola desde el medio y la conduce hasta el área contraria, quizá porque es el "invitado" de este equipo de José que creció junto, o tal vez porque quien está acostumbrado a recibir pases de Dinho en el Barza no espera demasiado de Riquelme). Si Riquelme fuera tan solo el 60% de vivo y rápido de decisiones como era el burrito Ortega, o el 5% de lo que era Maradona, estaríamos hablando de otra Argentina definitivamente.

2) porque a diferencia del equipo argentino, los alemanes, empezando por Ballack e incluyendo a Fringgs, Lahm, Schneider y Schweinsteiger, son capaces de romper el cerco de una defensa afiatada a punto de balazos desde fuera del área. Sin embargo, en Argentina, salvo Maxi ¿quién puede rematar desde lejos? Por eso, Argentina debe "conformarse" con hacer el juego de toque "en prima" y al ras del suelo que es el truco latinoamericano por excelencia pero que, hay que ser sinceros, sirve de poco en los mundiales salvo cuando el contrario es ingenuo como africano o se dejan ganar la moral con goles tempraneros, como Serbia y Montenegro o la Ucrania que enfrentó a España. Un equipo con contundencia y rapidez como Alemania no muerde ese anzuelo y sabe que, mientras tenga ganado el mediocampo, el toque-toque no pasará de ser una exhibición fantástica que busca cubrir la verdad de no saber cómo llegar al arco.

Tampoco andan demasiado equivocados quienes piden llegar al área chica tocando. Ciertamente, la defensa alemana no parece tan sólida ante jugadores habilidosos como lo es ante los atléticos. Ya lo comprobó Costa Rica con las escapadas de Wanchope, dos de las cuales fueron goles (pero Klinsmann de inmediato abandonó la estrategia de cuatro en línea y nunca más le hicieron daño). Dudo mucho que estén capacitados para superar la velocidad y el regate de alguien como Saviola, Messi o Tévez, o para tapar los espacios que aprovecha la estupenda ubicación de Crespo. Pero para que eso ocurra tiene que haber alguien que traslade el balón por el mediocampo de una manera diáfana, rápida y con pases ajustados al milímetro porque los alemanes no son los ganheses, no regalarán boquerones en la defensa para hacer las diagonales soñadas. ¿Podrá conseguir Argentina volver locos a los alemanes arriba? Talento no le falta, pero no lo conseguirá jacer si Riquelme sigue lento, Maxi Rodríguez no queda suelto gracias al sacrificio de los demás, y tampoco si Lucho González no está en forma y debe entrar Aimar(lejísimos de su mejor forma) o Cambiasso, quienes por evitar los desbordes alemanes no tendrán oportunidad de apoyar a Riquelme para desaduanar ese mediocampo argentino que tantas dudas muestra comparativamente con el alemán.

Señores: vamos a ver un partido dramático el cual, si las cosas se dan como en el papel, significará el pase al retiro de una generación de jugadores argentinos notables en su adolescencia y un entrenador que los adoptó desde que eran cachorros y los condujo a este Mundial dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias (pese a los gritos de la gente que piden a Messi y los titulares de diarios que quieren desnucar a su selección sacando a Riquelme) con el sistema táctico y el equipo en el que él ha creído siempre. Lavolpe le demostró que su sistema era demasiado obvio y conocido por todos y le dio una clase gratis de fortalezas y debilidades. Veremos si José aprendió la lección y es capaz de dar soluciones creativas sin perder la identidad de su fútbol, que él defiende a capa y espada (incluso en contra de seleccionados históricos como Verón, Zanetti, Samuel, Kily González, etc) con una terquedad y una confianza digna de mayor fortuna. Mañana, Pekerman y muchos de sus chicos empiezan a jugar el primer partido del resto de su vida. Y ellos lo saben.

1 comment:

Anonymous said...

se van a los penales

¡¡¡¡ VAMOS CHUCHO!!!!