Protagonista: Cristiano

Cristiano Ronaldo

Probablemente Maniche sea considerado, por todos los colorados de todo el mundo, como el mejor jugador del partido. Y cierto, su manera de acomodarse para rematar fue impresionante, al estilo winning. Pero para mí, el héroe que marcó el devenir del encuentro, el Patroclo que despertó la furia de Aquiles, fue el carilindo Cristiano Ronaldo que salió llorando a los 20 minutos, luego de que el cretino holandés de Khalid Boulahrouz le dio con maldad y ensangrentó para siempre esta página de la historia de los mundiales. Lo cierto es que Cristiano lo estaba volviendo loco y, a la peor manera del argentino Camino contra Navarro, el holandés entró a matar. Y lo mató. Sin embargo, los portugueses, que habían salido a jugar con toque y celebrar sus goles mágicos, se llenaron de furia y empezaron a jugar con un espíritu chúcaro que se acrecentó cuando votaron por las puras a Costinha. Y el segundo tiempo ya ni digo. Cristiano Ronaldo, como el Cid que ganaba batallas después de muerto, se convirtió en el verdaero protagonista y actor moral del triunfo, pero ojalá regrese a las canchas para quebrar las cinturas de los ingleses que los esperan bebiendo martinis en la casa que se han comprado para el Mundia Posh y Beck. TYSON