La miraron, se le acercaban, la toqueteaban, empezaron a besarla, le ponían el sombrerito, ya querían levantarla, hasta que llegó ese gordito que se la llevó más allá, pues los nuevos campeones italianos, parecían niñitos de 6 años que querían ya jugar con su nuevo juguete, pero no podía ser, no vale adelantarse, primero, hay que dársela al que manda ahí, al capitano, y así Fabio Cannavaro, estupendo defensa italiano, se encargó de quedar en la historia al ser el cuarto italiano en levantar la copa luego de ganar el máximo torneo de fútbol mundial.
Así es, hay un nuevo campeón, es Italia, que para lograrlo tuvo que llegar a la etapa de penales (me lo imaginé así), y que uno de los contrarios fallara su tiro. No había otra manera, pues a decir verdad, después de mucho tiempo veo un partido entre dos equipos tan parejos en la cancha, una final en donde cualquiera pudo ganar, pero como se sabe, sólo puede haber un ganador.
Este nuevo campeón es sin duda un cuadro consistente. Buena defensa, buen mediocampo, correcto ataque. Aquí no hubo Jogo Bonito, sólo fútbol efectivo y contundente, pero también hubo una idea por dejar atrás esa tradición de "cattenaccio" en su máxima expresión para ganar: aguantar lo posible, y marcar de contra. Si es por poco, no importa. Esta vez no fue así, y en estos cambios, producto de su DT Marcelo Lippi, hubo una mejora en las intenciones italianas en pos de ser los mejores. Eso y la gran generación de jugadores que les tocó en esta época, no todos en el mejor nivel de toda su vida (Totti, del Piero), pero que sumando individualidades, se ha hecho un gran equipo. Esta fue l' azurra, que nunca perdió, sólo recibió dos goles, y usó a casi todos sus jugadores durante el torneo.
Francia, el equipo que hoy le tocó perder, tuva la mala suerte de ser el perjudicado en los penales. Trezeguet la mandó al palo, y con eso, las opciones francesas. Claro que Zidane se encargó de empezar este derrotero francés, pero ese es otro tema, el hecho es que el cuadro galo fue un digno rival, se fue con la cabeza en alto, con una selección de jugadores de muy buena calidad, que si al final de este partido se erigían con la copa, no hubiese sido una sorpresa para nadie. Pero la gloria es para uno, y si creyéramos en esa canción de Shakira cantada antes de empezar la final, los dioses del fútbol decidieron por sus vecinos italianos.
Habrá momento para concluir muchas cosas de este mundial, el sexto en mi cuenta personal (para España 82 estaba muy chiquito), uno de los mejor calidad sin duda, pero por ahora debo celebrar este campeonato "a la europea" que ganó Italia, porque hay argumentos que dictan que se lo mereció. Viva l'Italia, campioni del mondo!
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