Ahora que se acaba el Mundial, quiero romper una lanza por Jurgen Klinsmann. Todo el mundo sabe que el equipo alemán no era favorito ni siquiera para sus fanáticos, que la Liga Alemana ha caído mucho y que los nombres que ahora grita Page eran nombres que no sonaban para nada, pues nadie esperaba nada de ellos, antes de que salgan a la cancha el día inaugural. Alemania dependía de un Ballack que no pasó por un buen momento en Bayern (fue vendido al Chelsea), Lehmann que hizo una campaña muy irregular en Arsenal, y un chico demasiado joven para creer demasiado en él como Podolski. Klose, el más regular, no se sabía si tenía talla internacional. Sus defensas, Metersacker y Metzelder, no eran confiables (no lo fueron en todo el campeonato) y ¿quién sabía de la existencia de Lahm o Frings u Odonkor? Sin embargo, el equipo fue una máquina durante todo el campeonato y cuando se enfrentaron a dos rivales con individualidades muy superiores, como Argentina e Italia, les hicieron unos partidos tácticos notables que se definieron en las últimas jugadas (a favor o en contra). ¿A qué se debe esto? A Klinsmann casi exclusivamente. Fue él quien les inyectó la vena heroica, fue él quien les demostró que siempre podían ir a más, como él siempre intentó más -y lo conisguió- como cabeza del ataque con la camiseta alemana en los mundiales pasados. Klinsmann siempre fue el perturbador, el oportunista, el que resolvía los partidos; ahora, el flaco Jurgen Klinsmann metido a entrenador es un ídolo nacional, un modelo, como lo fue antes como delantero. No existe nadie, absolutamente nadie, en Alemania que quiera que se vaya. Al contrario, todos le ruegan que siga, siga y siga. Están orgullosos de él, saben que logró muchísimo con relativamente poco gracias a su personalidad, al ascendente cómplice que tenía con esos jugadores (muy distinto al del Káiser Beckenbauer, su mentor, al que veían como oráculo), a su simpatía innegable. No se rindió nunca (¿lo vieron alentar al equipo faltando un minuto o menos para el pitazo contra Italia?); desde la zona del DT sudó, pataleó, corrió, saltó, como cuando era jugador; conocía las capacidades de su equipo al dedillo y al final, cuando fueron vencidos, se dio tiempo para ir de uno en uno y darle consuelo a sus cachorros. Todos los medios de Alemania, a pesar de la derrota (¡y mira que a los alemanes no les gusta perder y han sido finalistas en casi todos los campeonatos! ¡tenían razón para quejarse y sentir que esto es un fracaso!), han tratado a sus jugadores y sobre todo a Jurgen como héroes, y en vez de atacarlos (como lo hacían antes del Mundial), han llorado con ellos y han querido consolarlos. Mérito de Klinsmann y mérito de sus jugadores, que supieron ver a un líder en este gringo medio chiflado que se está quedando calvo, que los hacía practicar tiro al blanco y entrenamientos "no convencionales", que les conversaba y contaba chistes en las presentaciones ante la prensa, que los hacía leer y nunca, ni siquiera en la derrota, los hizo ver como perdedores. ¡Un grande! TYSON
Thursday, July 06, 2006
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1 comment:
Excelente homenaje para un grande de verdad. Alemania siempre ha triunfado en copas mundiales ante rivales superiores. En el 54 lo hizo ante Hungría, y 20 años más tarde ante Holanda. Fue recién en 1990 cuando Alemania, con Klinsman adelante, demostró completa superioridad sobre los demás cuadros durante el Mundial de Italia. La final contra Argentina, cuyo marcador los gauchos adoloridos atribuyen al árbitro, no pudo tener un resultado más justo. Alemania fue infinitamente superior en ese partido, y Argentina era Maradona y diez burros. Aquella selección alemana no tuvo un sucesor inmediato (todos sabemos que el Mundial del 94 lo engrandecieron equipos supuestamente pequeños, como Bulgaria y Rumania, y que la final enfrentó a dos cuadros mediocres y conservadores que no merecían alzar la copa). La otra selección grandiosa llegó el 98, y fue la Francia de Thuram y Zidane, cuyo dominio probablemente se extienda hasta el domingo que viene. ¿Y Brasil en el 2002? Bueno, para que Brasil vuelva a ser grande, tendría que resucitar Tele Santana...
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